Consumir alcohol no es una opción saludable para nadie, pero menos todavía en el caso de las mujeres embarazadas.
El alcohol produce malformaciones en el embrión y puede causar daño permanente en el feto.
Cualquier bebida alcohólica atraviesa con gran rapidez la placenta dejando al feto completamente expuesto a las mismas concentraciones de alcohol o incluso superiores que las de la madre.
Los especialistas explican que beber durante el embarazo puede provocar ‘Trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF)’. Se trata de una amplia gama de anomalías físicas, mentales, conductuales y cognitivas permanentes que una persona puede presentar cuando ha estado expuesta al alcohol durante su gestación.
Estas afecciones son de difícil diagnóstico, pueden ser desde leves hasta graves y perdurarán toda la vida. Pueden tener repercusiones tanto a nivel físico, como del comportamiento e intelectuales.
El Síndrome Alcohólico Fetal (SAF) es su manifestación más extrema
Los niños afectados presentan irregularidades faciales (surco nasolabial liso, labio superior delgado, apertura horizontal del ojo); déficit de crecimiento y problemas en el sistema nervioso central.
Estos problemas son completamente evitables, porque la única causa del trastorno del espectro alcohólico fetal es el alcohol.
Por ello, es esencial que tanto las mujeres embarazadas y como las que desean quedarse embarazadas no consuman alcohol durante toda la gestación, e incluso, desde que planifican su embarazo.
Cómo se produce el TEAF
La evidencia científica es clara en relación al grave efecto que produce la exposición prenatal al alcohol en el desarrollo físico, cerebral y del comportamiento.
No se conoce una cantidad de consumo que se pueda considerar seguro para el feto por lo que los y las profesionales sanitarios desaconsejan el consumo de alcohol durante cualquier momento del embarazo.
El alcohol puede causar problemas para el bebé incluso antes de que la mujer sepa que está embarazada.
Algunos estudios han observado que el consumo de alcohol por parte del hombre en el periodo preconcepcional también puede tener un impacto en la salud infantil. Así mismo, el consumo de alcohol durante el embarazo por la pareja puede tener un impacto en el consumo de alcohol de la madre.
Estrategias de prevención
El TEAF tiene grandes implicaciones a lo largo del curso de la vida de la persona afectada, de su familia y de la sociedad, con importantes consecuencias personales y económicas. En los países de nuestro entorno se considera la causa adquirida y evitable más frecuente de trastorno del neurodesarrollo. Por ello es fundamental su prevención, así como la detección temprana y su atención.
El TEAF es 100% prevenible y es responsabilidad de todas las personas y de la sociedad en su conjunto. En ocasiones, el contexto social no ayuda y es importante que las mujeres embarazadas tengan el apoyo de su pareja y entorno, y le acompañen evitando el consumo de alcohol.
El diagnóstico precoz del TEAF es fundamental porque puede mejorar el pronóstico funcional y vital de estos niños y la efectividad de la atención temprana.
Asimismo, permite a las familias y profesionales del entorno, elaborar planes de intervención adecuados a las necesidades del niño o adolescente.