La adicción no se manifiesta de la noche a la mañana. Es un proceso gradual, a menudo insidioso, que comienza con decisiones que parecen inofensivas y acaba por controlar cada aspecto de la vida de una persona.
Este es el testimonio de Lucas, que empezó con la experimentación juvenil que le llevó por un camino que nunca esperó transitar.
El Comienzo Inocente
Lucas tenía 17 años cuando probó el cannabis y el alcohol por primera vez. Como muchos adolescentes, estaba en una etapa de exploración, buscando aceptación entre sus amigos y una manera de desinhibirse. «Era solo algo que hacíamos los fines de semana», recuerda Lucas. «No parecía que hiciera nada anormal; todos lo hacían, y realmente no pensé en las consecuencias.»
La Escalada
Durante un tiempo, el uso de Lucas se mantuvo a nivel social y recreativo. Pero, las ocasiones en las que consumía comenzaron a ser más frecuentes. Lo que empezó como un acto social los fines de semana se convirtió en una necesidad para sentirse bien consigo mismo y cómo excusa para superar los momentos de estrés diario.
A los 20 años, Lucas fue introducido a la cocaína por compañeros de trabajo en una fiesta. La euforia instantánea y la energía que le proporcionaba la cocaína fueron inigualables. «Me sentía invencible cuando estaba bajo su efecto». «Pronto, el alcohol y el cannabis no fueron suficientes. La cocaína se convirtió en mi sustancia de elección.»
La Dependencia
La transición de Lucas de un uso recreativo a una dependencia no fue evidente para él al principio. Empezó a consumir cocaína regularmente, aumentando la cantidad y la frecuencia para alcanzar el mismo nivel de euforia.
«Empecé a necesitarla para funcionar,» dice Lucas. «Mi trabajo, mis relaciones, todo empezó a girar en torno a cuándo podría conseguir mi próxima dosis. No me di cuenta de cuán mal estaba hasta que empecé a perder cosas: mi trabajo, mis amigos, mi salud.»
Tocar Fondo
El punto de inflexión para Lucas llegó una noche en la que fue hospitalizado por una sobredosis. «Esa fue mi llamada de atención. Estaba acabando con mi vida”. La realidad de su situación lo golpeó con fuerza, llevándolo a buscar ayuda.
Recuperación y Rehabilitación
Lucas ingresó en nuestra clínica, donde enfrentó no solo su adicción física, sino también las causas subyacentes de su comportamiento adictivo. A través de terapia individual y de grupo, los terapeutas y psicólogos le fueron proporcionando estrategias para hacer frente a su ansiedad y depresión sin recurrir a las drogas.
«La recuperación ha sido el viaje más duro de mi vida, pero también el más gratificante,» comparte Lucas. «Aprender por qué empecé a usar y cómo romper ese ciclo ha sido crucial. Cada día es una lucha, pero ahora tengo las herramientas para enfrentarla.»
La historia de Lucas destaca aspectos críticos en la comprensión de la adicción: el fácil acceso a las drogas, la influencia social, la falta de habilidades para controlar el estrés de manera saludable, y la importancia de abordar no solo la dependencia física sino también las causas emocionales y psicológicas.
Este testimonio sirve como un recordatorio de que la adicción puede afectar a cualquiera, independientemente de su contexto o intenciones iniciales. También muestra que, con el apoyo adecuado y una intervención oportuna, la recuperación es posible y puede abrir un nuevo capítulo en la vida de una persona.