La familia es el principal entorno en el que los adictos presentan sus trastornos y alteraciones, por ello, la inclusión de la terapia de familia es una necesidad para abordar la recuperación de las personas con problemas de adicción.
Partiendo de la premisa que la familia desarrolla un papel clave, la planificación terapéutica de nuestro centro contempla e incluye totas las modalidades de intervención, además de la terapia individual y de pareja, la de familiares de adictos en tratamiento.
Este tipo de terapia crea un espacio terapéutico propio para familiares y un grupo de referencia que frene el proceso de despersonalización familiar.
Las personas más cercanas a los adictos sufren un progresivo deterioro psicológico imputable a diversos factores; el apropiamiento involuntario por parte de los familiares (especialmente los padres y la pareja) de funciones, roles y cometidos que corresponden al adicto según éste se vuelve más negligente o incapaz.
La enorme tensión que provocan las adicciones en quienes están cerca del adicto dadas las situaciones límite que les toca vivir.
Se podrían dar muchas más razones, pero el resultado final seguiría siendo la ya apuntada despersonalización de los familiares. Y la desaparición de distancias emocionales adecuadas respecto al problema y al sujeto del mismo.
La terapia familiar proporciona un referente a sus integrantes que contrarresta eficazmente todas estas distorsiones, devolviendo poco a poco el sentido de individualidad a los familiares.
De manera similar a lo que sucede en psicoterapia de grupo con pacientes; las sesiones de terapia multifamiliar sirven para que sean los propios participantes quienes obren de terapeutas los unos de los otros; aportándose información significativa tanto vivencial como sobre las posibles formas de enfrentarse a las respectivas problemáticas.
Aunque no hay mejor maestro que aquél que ha experimentado algo parecido a lo propio y ha sabido resolverlo; para que quien recibe dicha información pueda utilizarla favorablemente tiene que poder encontrarse con aquella persona que la ofrece.
Las sesiones de terapia multifamiliar son espacios de encuentro donde se incide en cuestiones emotivo-afectivas desde un marco de empatía e identificación.
No basta, sin embargo, con confortar y ser confortado también es indispensable, un verdadero encuentro entre quienes participan en las sesiones, a fin de que resulte posible trascender las propias escenas traumáticas, dotándolas de nuevo significado, así podrá liberarse de las reacciones y comportamientos estereotipados incluidos en las mismas.
A través de ellas se aporta a las familias información básica sobre la enfermedad además de establecer un marco terapéutico de diálogo que favorezca la expresión racional y emocional de los distintos problemas de los asistentes. También se pretende que oriente en el establecimiento de futuras líneas de trabajo individual y colectivo, pretendiendo que las familias se impliquen progresivamente en las funciones que se derivan del proceso de rehabilitación.
Encontrarse con otras familias que aportan, transmiten y repiten las mismas actuaciones, afectos y vínculos es como mirarse en un espejo, y darse cuenta de que los demás también están viviendo la misma situación.
La terapia de família se desarrolla de forma paralela al programa individual que sigue el paciente. Las metas de la intervención familiar serán la recuperación y el mantenimiento de niveles de energía físicos y psicológicos adecuados en los familiares que participan en el proceso. El incremento de la objetividad respecto a la adicción y a los problemas y dificultades del adicto y de la propia familia y la estabilidad emocional frente a los sentimientos de insatisfacción, de vacío y de angustia.