En el ámbito de la medicina interna, el uso de hipnosedantes, especialmente benzodiacepinas, se ha convertido en un tema de debate debido a sus posibles efectos secundarios y riesgo de abuso. En el reciente Congreso Nacional de Medicina Interna, expertos discutieron las complejidades y retos en el manejo de estas sustancias, que, aunque eficaces para diversos trastornos, requieren un uso controlado y personalizado en cada paciente.
Riesgos y beneficios de las benzodiacepinas
Las benzodiacepinas se prescriben comúnmente para tratar trastornos de ansiedad, insomnio y la abstinencia alcohólica, entre otros. Sin embargo, los especialistas insisten en que deben usarse con precaución y por periodos limitados, ya que el consumo prolongado aumenta el riesgo de dependencia y tolerancia. Esto significa que el paciente necesita dosis cada vez mayores para obtener el mismo efecto, lo que puede llevar a un trastorno por uso de sustancias. En muchos casos, el consumo prolongado puede derivar en efectos adversos, como la depresión respiratoria y el riesgo de caídas, especialmente en personas mayores.
La importancia de la deprescripción y el tratamiento individualizado
Para mitigar los riesgos asociados al uso de benzodiacepinas y otros hipnosedantes, los internistas recomiendan la práctica de la deprescripción, es decir, la reducción o eliminación controlada de estos fármacos cuando ya no son necesarios. En este proceso, cada caso debe evaluarse de manera individual para garantizar que los beneficios superen los riesgos. Según el Dr. Daniel Fuster, la duración del tratamiento con benzodiacepinas no debería superar las cuatro a ocho semanas, y deben priorizarse intervenciones como la terapia cognitivo-conductual antes de recurrir a estos medicamentos.
Tratamiento del trastorno por uso de benzodiacepinas y otros hipnosedantes
El abordaje terapéutico para el trastorno por uso de benzodiacepinas implica una disminución gradual de la dosis para reducir los síntomas de abstinencia, además de psicoterapia individual y grupal. Para los pacientes con trastorno por uso de opioides, se puede considerar el uso de medicamentos como la metadona o la buprenorfina/naloxona, en combinación con educación sanitaria para prevenir sobredosis.
El uso de hipnosedantes y opioides en el tratamiento de condiciones crónicas debe manejarse con extremo cuidado, dada su capacidad de generar dependencia y tolerancia. Los internistas juegan un papel crucial en la reevaluación constante de estos tratamientos y en la implementación de estrategias de deprescripción cuando es necesario, priorizando siempre el bienestar y la seguridad de sus pacientes. La concienciación y educación sobre el uso responsable de estas sustancias, tanto en el ámbito médico como en la población general, es clave para prevenir su abuso y minimizar los riesgos asociados.
Si sospechas que tú o alguien de tu entorno ha generado adicción a los hipnosedantes, no dudes en contactarnos para que te orientemos sobre el tratamiento específico para de desintoxicación de psicofármacos.