El “teetotalism” apareció en Inglaterra en la primera mitad del siglo XIX como negación total de ingerir cualquier licor que lleve alcohol: en resumen, una actitud ante la vida.
La abstinencia, una nueva tendencia
De ahí viene la última tendencia que está calando entre los millennials y que apunta a convertir en algo cool el rechazo o el consumo mínimo de alcohol. Ya sea después de una fase en la que se ha consumido o durante toda una vida, el teetotalism defiende que la negación del alcohol puede venir determinada por una cuestión de gusto y no tener que justificarse por motivos de salud, religiosos o familiares.
Aunque estudios recientes realizados en Reino Unido, marco de una sociedad históricamente consumidora, demuestran que el rechazo total al alcohol entre millennials ha aumentado notablemente respecto a generaciones anteriores, la negación del alcohol sigue provocando extrañeza; ser teetotaler significa estar en minoría y eso genera desconcierto a ojos de la mayoría de las personas que relacionan la abstención con el aburrimiento o la monotonía.
Pero parece que algo está cambiando. Festivales como el Mindful Drinking Festival o actitudes cada vez más activas en redes y medios por parte de personajes públicos promocionan un estilo de vida que ya no se defiende simplemente con la advertencia de que el alcohol nos hace daño.
Desde Kim Kardashian a Jennifer López, pasando por deportistas como David Beckham o Gareth Bale, políticos como Donald Trump o actores como Jim Carrey, no son pocos los teetotalers famosos que han decidido hacer gala de su decisión de no consumir alcohol. Preguntado al respecto, el actor canadiense comentaba tras salir de una depresión que “la vida es demasiado bonita para beber alcohol o tomar drogas”.
Beneficios para la salud:
Además de los beneficios psicológicos que podemos obtener -recordemos que estamos hablando de un depresor-, dejar de lado el alcohol y convertirse en teetotaler trae múltiples cambios positivos a nuestro cuerpo, tanto por dentro como por fuera.
Estos son algunos de ellos:
– Pérdida de peso: El alcohol no solo es calórico, sino que al provocar que nuestras neuronas se activen aumenta nuestro apetito, haciendo que nuestro cerebro se ponga en “modo hambre”. Investigaciones al respecto han demostrado que las personas que toman un par de bebidas alcohólicas consumen un 30% más de comida que quienes se mantienen sobrios.
– Renovación del interior: Nuestro cuerpo se recupera sorprendentemente rápido cuando dejamos de beber, alterando desde un primer momento de manera positiva los niveles de grasa en el hígado, colesterol y azúcar en la sangre.
– Reducción de riesgos: Aunque las probabilidades de desarrollar enfermedades vinculadas al alcohol -como enfermedades del corazón, diabetes tipo 2, pancreatis o cáncer- son mucho mayores con ingestas abundantes, nuestros órganos más delicados agradecerán que apartemos el alcohol de nuestras vidas.
– Mejora de la calidad del sueño: Beber alcohol antes de dormir provoca cambios en el ritmo cardíaco, aumento de adrenalina o deshidratación, impidiendo que durmamos profundamente. Un buen descanso conlleva beneficios en cuanto a la concentración y la memoria, haciéndonos sentir más brillantes y productivos.
– Piel radiante: Las bebidas refrescantes hidratan mejor la piel, alivian la sequedad y, a menudo, calman síntomas como la psoriasis o el eccema, mientras que el alcohol favorece el enrojecimiento, la irritación y la hinchazón. Para Jennifer López, no beber alcohol es el secreto para mantener la eterna juventud.[:ca]El “teetotalism” va aparèixer a Anglaterra en la primera meitat del segle XIX com a negació total d’ingerir qualsevol licor que porti alcohol: en resum, una actitud davant la vida.
D’aquí ve l’última tendència que està calant entre els millennials i que apunta a convertir en alguna cosa cool el rebuig o el consum mínim d’alcohol. Ja sigui després d’una fase en què s’ha consumit o durant tota una vida, el teetotalism defensa que la negació de l’alcohol pot venir determinada per una qüestió de gust i no haver de justificar-se per motius de salut, religiosos o familiars.
Encara que estudis recents realitzats al Regne Unit, marc d’una societat històricament consumidora, demostren que el rebuig total a l’alcohol entre millennials ha augmentat notablement respecte a generacions anteriors, la negació de l’alcohol segueix provocant estranyesa; ser teetotaler significa estar en minoria i això genera desconcert a ulls de la majoria de les persones que relacionen l’abstenció amb l’avorriment o la monotonia.
Però sembla que alguna cosa està canviant. Festivals com el Mindful Drinking Festival o actituds cada vegada més actives en xarxes i mitjans per part de personatges públics promocionen un estil de vida que ja no es defensa simplement amb l’advertiment que l’alcohol ens fa mal.
Des Kim Kardashian a Jennifer López, passant per esportistes com David Beckham o Gareth Bale, polítics com Donald Trump o actors com Jim Carrey, no són pocs els teetotalers famosos que han decidit fer gala de la seva decisió de no consumir alcohol. Preguntat sobre això, l’actor canadenc comentava després de sortir d’una depressió que “la vida és massa bonica per beure alcohol o prendre drogues”.